Óscar Moral es el presidente de la sección madrileña del Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi Madrid). Analizó para Nuevo Sureste la normativa y criterios de accesibilidad que deben primar en el urbanismo madrileño para dar servicio a este colectivo.

¿Cuál debe ser la pauta en la creación de nuevos desarrollos urbanísticos en materia de accesibilidad?
Cumplir con la normativa. No es justificable incumplirla en la ciudad ya construida, en la que la adaptación conlleva unas dificultades por estar consolidada, en el caso de nuevos desarrollos, no hay argumentos para no cumplir con la legislación, los decretos y las normas municipales. Desde Cermi entendemos que las medidas se aplican de forma acorde con estas reglas y tratamos de revertirlas si no se llevan a cabo dichas acciones.

¿Cuál es la accesibilidad del siglo XXI?
La que garantiza un entorno adaptado para todos independiente de su situación cognitiva, visual, auditiva, motora, etcétera. En este sentido, no sólo nos referimos a las personas con discapacidad sino también a las personas mayores. Todos deben poder usar la ciudad por igual.

¿La ley urbanística es lo suficientemente ambiciosa en este sentido?
Sí, otra cosa es la adaptación a la realidad. En ocasiones, encontramos que la ejecución de esa normativa no es la más adecuada. En ese sentido, hemos de estar atentos y pedimos ayuda a los vecinos para que denuncien o notifiquen porque se trata de algo que nos concierne a todos.

Ustedes participaron en el Plan General de Ordenación Urbana de 1997, pero ha cambiado la normativa de accesibilidad.
En materia de accesibilidad, se aplica la normativa más cercana en el tiempo, aunque aprobásemos un plan más anticuado en un proceso primigenio. La normativa hay que cumplirla, sin menoscabo de que la planificación urbanística sea más antigua.

¿Cuál es la situación en los desarrollos del sureste?
No nos han dado traslado de estos proyectos concretos, ni hemos participado, pero estamos abiertos a cualquier diálogo en este sentido.

¿La vivienda adaptada que se construye también está siendo construida de modo acorde a la normativa?
No en todos los casos. La regulación tiene déficits y es más dispersa porque no se hace con una previsión de heterogeneidad. Está muy centrada en las personas con movilidad reducida. No obstante, existen otras categorías y necesidades. Parece que se ha implantado un modelo con la instalación de puertas grandes y aseos adaptados. Sin embargo, por ejemplo, quizás una persona con una discapacidad visual no requiere de esas adaptaciones pero sí de otras. Se ha de avanzar en aspecto de sonido, elementos visuales y domótica. No existe mucha publicidad de esta situación y hay mucho trabajo que hacer en este sentido. Nosotros trabajamos en distintos foros y proyectos para hacer la situación lo más acorde con las necesidades de los ciudadanos, pero nuestras posibilidades de incidencia llegan a donde llegan.