El Centro de Tratamiento Las Dehesas del parque tecnológico de Valdemingómez ha pedido a la Consejería de Medio Ambiente un estudio de impacto ambiental para construir dos nuevas celdas en el vertedero del complejo, con capacidad para 2,88 millones de metros cúbicos de residuos. Se trata del último suelo disponible en el ámbito para depositar y tratar restos. Permitirá incrementar la vida útil del complejo cuatro años más.
Nuevo Sureste ha tenido acceso a la memoria técnica del proyecto de construcción de las celdas en el complejo, presentado por Las Dehesas al Gobierno regional. El documento está fechado en julio de 2023 y fue elaborado por el estudio Uxama Ingeniería y Arquitectura SL. La evaluación de impacto ambiental es considerado el primer criterio de consideración sustancial de cara a una modificación de la autorización ambiental integrada vigente para proceder a la ampliación.
El Centro de Tratamiento de Las Dehesas fue inaugurado en el año 2000. Se encuentra en el extremo sureste del Parque Tecnológico de Valdemingómez, en pleno Parque Regional del Sureste. Constituye la principal infraestructura de tratamiento y eliminación de residuos sólidos urbanos de la ciudad de Madrid. Sus funciones dentro del complejo estriban en la separación y clasificación de materiales reciclables, compostaje de materia orgánica, incineración de animales muertos, tratamiento de residuos voluminosos, y granceado y extrusionado de polietileno de alta densidad (PEAD). No obstante, su uso principal es depósito en vertedero y extracción de biogás, para el que dedica la mayor parte de su superficie.
Barrera de arcilla
Actualmente, el vertedero controlado del centro actúa en una superficie de 82,5 hectáreas, divididas en siete celdas de vertido. Tiene capacidad para albergar 22,7 millones de metros cúbicos de residuos. Acoge los rechazados del tratamiento de los centros de Las Lomas, La Paloma y los otros espacios de Las Dehesas. Desde septiembre de 2021, se está explotando la celda número 6, la última disponible, que está apoyada sobre la meseta de las anteriores.
La nueva DIA propone la creación de dos nuevas celdas, los números 8 y 9, con una superficie de 78.920 y 48.200 metros cuadrados, respectivamente. Estos espacios se impermeabilizarían con una barrera de arcilla, se compactarían, se explanarían y se cubrirían con zahorra, habilitándose accesos para vehículos y bajantes de escorrentía. A continuación, se crearían espacios drenantes para captar lixiviados y se acondicionarían los suelos para recibir los residuos.
Según los cálculos del proyecto, la ciudad genera anualmente un volumen de 700.000 toneladas métricas anuales de residuos, por lo que las dos nuevas celdas podrían acoger residuos durante 4,05 años (casi 49 meses). Los técnicos del estudio consideran que no existe actualmente una alternativa viable que permita un cien por cien de reciclabilidad de los residuos generados en Madrid y que cualquier alternativa incrementaría los costes, aumentaría las emisiones por traslado de residuos y plantearía el dilema de si la nueva ubicación tendría capacidad y condiciones hidro y geotécnicas para albergar el nuevo vertedero que la ciudad necesita.
Compatibilidad urbanística
Como factores positivos de la intervención, se estima el menor coste económico y ambiental de la intervención, el aprovechamiento del depósito para incrementar su capacidad, la compatibilidad urbanística del ámbito con los usos previstos dentro del Parque Regional del Sureste, y las condiciones tecnológicas del complejo que se consideran las mejores disponibles en la actualidad.
Para los técnicos de Uxama, el emplazamiento propuesto en el vertedero «es la última reserva disponible de suelo libre en el interior de la parcela que se encuentra en contacto con las celdas existentes. Con esta condición se logra el reaprovechamiento del depósito existente para incrementar su volumen mediante el apoyo de los residuos sobre el talud existente».
El proceso de tratamiento de estos residuos funciona del siguiente modo. El resto se descarga sobre un suelo cubierto de arcilla, polietileno de alta densidad, malla geotextil y grava. Este espacio cuenta con un pozo de extracción de lixiviados para separar los sólidos de los líquidos, que son tratados por ósmosis inversa en la planta correspondiente para su reutilización en el baldeo de viales. La materia sólida descartada se sella con dos capas de grava con otra intermedia de arcilla. El conjunto se tapa con tierra vegetal. Sobre estas montañas, se instalan pozos de captación de biogás (actualmente, tiene 26), que se canaliza y envía a la planta de desgasificación.
Plan de revegetación
El informe reconoce impactos ambientales seguros derivados de los siguientes agentes: movimiento de vehículos y maquinaria de obra civil, ocupación y preparación del terreno, movimiento de tierras, impermeabilización de vasos, construcción de viales, ejecución de sondeos, construcción de redes de suministro y generación de residuos de obra. Las más importantes están relacionadas con las emisiones a la atmósfera, derivadas del uso de maquinaria y el depósito y compactación de residuos, emisiones al agua, afecciones faunísticas por el depósito de residuos y afecciones al paisaje por la elevación de la cota de terreno al crear las celdas. Respecto a los malos olores, el estudio no da datos de producción o elusión de los mismos.
Sin embargo, la DIA comprende sistemas de mantenimiento tras la clausura de estas celdas del vertedero de al menos 30 años, que es el tiempo en el que se considera que los residuos se convierten en inertes definitivamente. Además, comprende un plan de revegetación, una regeneración paisajística, y acciones de recuperación de aguas, suelo y calidad atmosférica.
Dinámica demográfica
Según el documento, los efectos derivados de esta ampliación en cuanto a consumo de aguas y emisiones serán menores a los rangos establecidos en el Reglamento de emisiones industriales y de desarrollo de la Ley 16/2002, de 1 de julio de prevención y control integrados de la contaminación. El motivo es que «serán proporcionales al crecimiento demográfico de la población urbana«, afirma el texto.
Asimismo, concreta que «no se incrementará de forma significativa la tasa anual de vertido, más allá de los ajustes propios de la dinámica demográfica del municipio de Madrid, por lo que las tasas de consumos y emisiones no se alterarán con respecto a los de la autorización ambiental integrada vigente. Por el contrario, se espera una reducción de la tasa de entrada de residuos en vertedero conforme se vayan implementando lo objetivos de la ley de residuos vigente«. Además, considera que no está prevista en el proyecto la necesidad de incorporación de nuevos equipos e instalaciones auxiliares ya existentes en el depósito, más allá de la ampliación de las redes.
0 comentarios