Manuel Lombardero es miembro del Colegio Oficial de Geólogos. Atendió a Nuevo Sureste en el ciclo de entrevistas con los distintos sectores profesionales que intervienen en la construcción de los desarrollos del sureste de Madrid.
¿Cómo es el terreno del sureste de Madrid?
El este y el sureste de Madrid tienen unas cualidades geológicas concretas y poco comunes. Hay una unidad geológica que se llama la Unidad Salina Inferior de la cuenca terciaria de Madrid, que tiene una edad de unos 18 a 20 millones de años. Cuando se formó, la zona era lacustre en un clima semiárido. Lo que produjo es lo mismo que está ocurriendo ahora mismo en los lagos de África oriental, como en el lago Natrón, que hay una precipitación de sales, diferentes tipos de sales, como son el cloruro sódico o halita, que es la sal común, la glauberita, que es un sulfato cálcico, y otras sales complejas, no solamente el yeso, sino también la anhidrita, que es el yeso no hidratado. Todos esos materiales están ahí y se sabe hace muchos años. De hecho, las famosas aguas de Carabaña, son un lugar donde el agua subterránea surge en superficie después de haber disuelto parte de esas sales . O la sal de Vaciamadrid o de Epsom. Haciendo el estudio para el dictamen encargado por el Ayuntamiento de San Fernando de Henares, nos enteramos que, en el término de Coslada, había un pozo que sacaba agua mineral purgante que la llamaron ‘La Maravilla’ y que se embotellaba y comercializaba hasta después de la guerra civil. Con un mapa geológico en la mano, ves hasta dónde llegan esta Unidad, aunque en algunos lugares estátapada con otras más modernas superiores. Donde surgen fundamentalmente los problemas es en la parte baja de los valles de los ríos. En el caso de San Fernando, es clarísimo, pues está un poco por encima del nivel de Jarama y, entonces, al hacer el túnel del Metro, se entró de lleno en la Unidad Salina. Pero no es el único problema que ha habido. Podemos citar en la línea de alta velocidad de Levante, cuando se construyó la línea de Valencia, el túnel de El Regajal y el desmonte de Seseña, que tuve la fortuna de estudiar posteriormente. Unos meses antes de inaugurar esa línea de AVE, en Seseña hubo que levantar todo el balasto, excavar cuatro o cinco metros de profundidad, sustituir el terreno salino por material inerte, volver a hacer el terraplén, volver a colocar el balasto y volver a montar la vía.
En el sureste, los constructores siempre se han quejado de que no saben si, cuando metan la excavadora, se van a encontrar un socavón por la solución de sales que encarezca o imposibilite la obra.
No lo saben porque no hacen un buen estudio geológico. Los problemas que se han dado llegaron a ser realmente graves cuando se empezó a hacer grandes sobre sus terrenos en esa unidad. Nos es lo mismo que en Madrid capital, hasta Atocha, donde tenemos la arena de miga, que es un terreno excelente que puede ser cortado verticalmente y el talud no se cae. Esa es una de las razones por las que es relativamente barato construir ahí. Barato quitando el precio del suelo. Es raro que haya que cimentar un edificio de forma especial, sino que con cimentaciones normales es suficiente. Eso no ocurre en la zona donde está la Unidad Salina Inferior. Como decía, hay que hacer estudios geológicos, que no geotécnicos muy, muy detallados. La geotecnia viene después, para la aplicación de la geología fundamentalmente a las cimentaciones, al sostenimiento de los túneles, etcétera.
Es decir, el suelo donde se construye en la plataforma divisoria entre el Jarama y el Manzanares, que es donde se están creando los desarrollos del sureste, tiene unas características complejas.
Sí. Está el problema de la disolución de sales, que afecta sobre todo a las obras más profundas. Por ejemplo, si se planea un edificio que tenga ocho sótanos, podemos tener problemas porque podemos meter en la unidad salina agua dulce procedente de la superficie. Donde están las sales hay un acuífero, un acuífero salino que como es el terreno allí es poco permeable, está estabilizado, es decir, está saturado. Esas aguas están saturadas en sales, ya no disuelven más. Si tú metes agua dulce, produces más disolución, se crean huecos que se agrandan, aumenta la permeabilidad del terreno…
Estas sales se transforman unas a otras, y el producto mineral final que sale es el yeso. El yeso que tú ves en superficie actualmente viene de un proceso natural de transformación transformación mineral producido por del agua de lluvia que se va infiltrando despacio. Y hay una zona de tres o cuatro metros de espesor donde ocurren estos fenómenos, donde el agua dulce que entra, con capacidad de disolver, llega a las sales. Se llama capa activa y eso está a diferentes profundidades del monte. Si te metes en esa capa activa para construir, la estás fastidiando. Para evitarlo, hay que coser el suelo a sondeos, teniendo precauciones especiales.
Así es como se hacían las cuevas en esa zona.
Efectivamente, cuando entra agua dulce de manera natural, muy lentamente, o por una obra, rápidamente. Y llega un momento en que hay una pérdida grande de masa por disolución y el terreno asienta, que es lo que está pasando en San Fernando. El terreno está asentando, está bajando. Si lo hiciera uniformemente, no pasaría nada. Pero no baja de ese modo. De tal forma, si tú tienes un edificio en el que una zapata de apoyo baja más que otra, el edificio se cae. Por eso, ha habido ya 70, 80 derribos de viviendas en San Fernando Henares, porque se declara ruina en el edificio. Allí, la capa activa está a unos 24 m de profundidad y estaba inalterada antes de la construcción de la línea 7 del metro. El túnel la atravesó de lleno y desequilibró todo el sistema hidrogeológico. Por eso, mucho antes de saber si vas a construir un edificio o no en un espacio, debes conocer estos aspectos, porque igual no puedes construirlo. Un estudio geológico permite planificarlo. Lleva mucho tiempo y cuesta mucho dinero, mucho más que en terreno bueno como puede ser la arena de miga. Le tiene que entrar eso en la cabeza a los que planifican el territorio, conceden las licencias y a los promotores. Si no, pueden ocurrir problemas como en San Fernando, El Regajal, el desmonte de Seseña o la línea de Burgos-Vitoria de alta velocidad en La Bureba, donde se desplazó el recorrido originalmente previsto gracias al estudio geológico previo. . Afortunadamente se descubrió durante el estudio informativo, en una fase muy, muy temprana. En los desarrollos del sureste tienen que tener su estudio geológico, previo al estudio geotécnico y a otros. Si no lo han hecho aún, van tarde y van a ciegas a la hora de construir.
¿Y cómo se hace?
Con un estudio geológico que te da un conocimiento general de todo eso mediante montones de sondeos, cartografía de superficie, geoquímica, geofísica y otras técnicas. Los sondeos son también especiales. No es un estudio geotécnico al uso como el que podamos hacer para hacer un túnel en el Pardo o un edificio en la Castellana. Por ejemplo, los sondeos se perforan normalmente con agua. Si se perfora una unidad salina, tú sacas el testigo y no tienes sal, se ha disuelto al perforar. Ahora, si coges el agua de perforación y te la llevas a la boca, veras que está salada. Hay que perforar con una salmuera especial. Eso es una cosa que en los estudios geotécnicos normales no se hace, no se perforan los sondeos con salmuera. La carga geológica en estudios en unidades salinas ha de ser mucho más alta y requiere geólogos muy experimentados. También, geoquímicos e hidrogeólogos. La geología requiere una visión muy amplia. Un agua puede estar saturada para una sal concreta, pero podría seguir disolviendo otros tipos. Si haces sondeos con salmuera de sal común, los testigos del sondeo van a salir enteros si estás perforando halita, porque no se va a disolver. Pero si hay otros tipos de sales, como glauberita, ésta no la vas a sacar porque el agua aún tiene capacidad de disolver otras sales. En resumen, antes de empezar a estudiar la geotécnica, hay que gastar en geología muchos millones de euros y dos o tres años de estudios para determinar realmente qué es lo que ocurre allá abajo, cómo funciona el flujo subterráneo, si están saturadas o no las aguas en sales, si hay vías de entrada de agua preferentes desde la superficie, si tus obras van a crear vías de agua dulce preferente también allí.
Resumo. Estos estudios geológicos, largos y caros, no me canso de repetirlo, permiten hacer un modelo geológico tridimensional del subsuelo, haciendo especial hincapié en la zona de sales y las arcillas expansivas, donde está la capa activa. Y este modelo tridimensional sirve para hacer después un modelo hidrogeológico del flujo subterráneo, que es el que gobierna los procesos de disolución y de transformación mineral. El estudio es un proceso largo que no se puede acortar porque necesitas tener muchos meses o incluso años de medidas de niveles piezométricos, salinidades, conductividad del agua, etcétera. Eso es lo que te justifica luego si puedes o no puedes ponerte a hacer una obra determinada en ese suelo. Si la capa activa está muy profunda, pues tendrás menos problemas. Si es muy superficial, puedes tener muchos problemas.
Luego están las arcillas expansivas.
Sí. Las arcillas expansivas son un problema más conocido. El de las sales es más desconocido porque ocurre más abajo. Recuerdo uno de mis primeros trabajos al salir de la universidad, fue hacer unos pilotes en Orcasitas, en unos bloques de viviendas que hay allí construidos. Allí hay un problema de arcillas expansivas muy gordo. Es decir, unos bloques bastante modestitos de altura , tuvieron que pilotarse porque el terreno sube y baja según llueva. Esa arcilla tiene la capacidad de absorber muchísima cantidad de agua y es entonces cuando se expande pues aumenta de volumen y cuando se seca disminuye. Eso le sienta muy mal a la cimentación de un edificio.
El consejero de Transportes de Madrid dice que el Metro no puede llegar a El Cañaveral por las características del suelo.
Desconozco si se ha hecho un estudio geológico previo en este caso. Yo creo que esa afirmación corresponde al temor que pueda tener ahora mismo la Comunidad de Madrid por todo el problema que ocurrió y sigue ocurriendo en San Fernando. Decir gratuitamente que no se puede construir, sin que existan estudios previos de detalle, yo no lo diría.
Los críticos dicen que es una cuestión de dinero. Pongamos que la Comunidad de Madrid dispone de un cheque en blanco para construir el Metro hasta El Cañaveral, pasando por la mina de sepiolita de Ambroz donde han salido las lagunas ¿Sería viable construir independientemente del dinero?
Con dinero infinito se puede construir todo. Te voy a poner un ejemplo. El túnel que te he citado ya dos veces, el túnel de El Regajal. Es un túnel que tiene un tramo pilotado, es decir, debajo de la solera del túnel hay pilotes construidos. Para construir esos pilotes hubo que traer una máquina especial ,una pilotadora que cupiera en el túnel. Fue extremadamente caro. Era un túnel corto en terreno muy complejo, y se construyó, con el mayor coste por metro lineal de España, en aquel momento. También es verdad que, debido a que hubo un accidente durante la construcción y se coló agua dulce procedente de arriba, es un túnel que tiene problemas. No los mismos problemas que San Fernando, pero sí tiene problemas desde el principio. Por ello, allí está limitada la velocidad de los tres de alta velocidad.
O sea, que aun invirtiendo un montón de dinero, una instalación de estas características, en una unidad geológica de este tipo, tiene una problemática especial.
Sí, así es. Es decir, pudiendo construir un metro ligero, ¿para qué te vas a meter en túnel? Si el Metro se hiciese en superficie, no tendría esos problemas. Porque los problemas están a cierta profundidad.
El problema siempre es el agua.
Es un problema de sales y agua. Y en el problema de las arcillas expansivas también interviene el agua de forma fundamental.
En la plataforma del sureste hay mucho arroyo o, por lo menos, mucha estructura para arroyo superficial. Se está planteando la recuperación de los antiguos arroyos históricos de esa zona ¿Se puede reconstruir un cauce tal y como era geológicamente? ¿Puede generar problemas a la hora de enfrentarse al agua cuando viene?
No genera problemas, precisamente porque, si ya existía ese cauce, la infiltración se ha producido durante siglos y las transformaciones mineralógicas ya han ocurrido. Si tú restituyes lo que había, no estás haciendo nada raro, es decir, restituyes a su estado natural. El problema puede ser que pongas praderas y árboles, riegues demasiado y el agua se cuele. Madrid tiene un clima árido, lo queramos o no. Tiene una precipitación de unos 400 mm al año o 500. Si tú, linealmente, en un arroyito empiezas a regar los márgenes e imitas una precipitación de 1.000 mm, va a haber problemas. Si plantas jaras o encinas, no hay problemas. Si pretendes tener césped verde todo el año, sí. Esto no es Escocia.
Los desarrollos urbanísticos plantean una transformación del suelo. Se hacen desmontes, allanamientos, etcétera. Se cambia la fisonomía del suelo por un criterio humano y no geológico. ¿Cómo influyen esos cambios?
Pues puede influir negativamente. Primero, porque si la capa activa está a veinte metros y le quitas ocho o diez del terreno por encima, el agua dulce de lluvia tiene la mitad del camino que recorrer. Y, segundo, ese escombro que quitas, que lo utilizas para rellenar valles, si no lo compactas bien, es decir, si simplemente lo viertes, es una esponja, es decir, el agua se queda allí almacenada. Tienes compactar muy fuerte porque son fragmentos de yeso y arcillas expansivas, y deberías impermeabilizar la vaguada antes de rellenarla. Si no, se crearán una especie de acuíferos colgados que, se llenan con las lluvias empiezan a soltar agua hacia abajo y eso no es bueno. Un goteo al subsuelo, lo que probablemente suba la capa activa más hacia la superficie.
¿Cómo palía esta situación la aportación de tierras inertes?
Mejoran la condición geológica del espacio para evitar estos problemas. Lo que pasa es que estamos hablando, de que son muchas hectáreas y un metro de aporte por hectárea son10.000 metros cúbicos de tierra. Hablamos de muchos millones o incluso decenas de millones de metros cúbicos para toda la estrategia. Cuesta muchísimo dinero, por no hablar del impacto ambiental de extraer en otro sitio y transportar todo ese suelo.
Cuando alcanzamos la superficie, se plantean operaciones de transformación de terreno como la creación de un bosque metropolitano, en un ecosistema que ya tiene unas características ¿Puede forestalizarse un espacio que no era forestal?
Toda España era prácticamente un bosque hasta el siglo XVI. Cuando se trasladó la capital a Madrid, todos los bosques que había alrededor de Madrid, salvo los cazaderos reales, se transformaron en carbón vegetal para calentar a la población y en terrenos de cultivo. Lo que pasa es que el bosque que había era un bosque de encinas, un bosque mediterráneo, no pretendas tener hayas, ni pretendas tener castaños. Nada que haya que regar. n. O sea, sí, es posible, siempre y cuando, eso lo saben mejor los ambientalistas, respetes el tipo de bosque que soporta este territorio y la cantidad de precipitaciones que tiene Madrid.
Hola. El metro se puede hacer perfectamente, la zona afectada es muy corta.
También se puede hacer en semi superficie con dovelas enterradas, a lo largo de lo que sea una futura calle de la nueva centralidad del este.
Querer es poder, y lo que hace falta es un mínimo de voluntad. A partir de ahí se puede trabajar.
Lo más lógico sería empezar ya a hacer sondeos de los terrenos posibles, para construir un mapa, que ayude en el futuro tanto al metro, como al desarrollo previsto de nueva centralidad del este.
Sobre todo, porque visto lo que comenta el geologo, hay que determinar muy bien lo que hay ahí, por el riesgo de edificar todas esas hectáreas.
Excelente entrevista.