El desarrollo de Los Ahijones dispondrá de 60 kilómetros de carril bici, 24 de ellos totalmente segregados del tráfico rodado. Dos grandes arterias ciclables y una red de sendas ciclistas entre zonas verdes son las grandes apuestas del ámbito que prevé el Ayuntamiento de Madrid. La mayor parte de esta infraestructura se desarrollaría durante las fases 5 (que ya se está desarrollando) y 6 de urbanización del ámbito.
La red ciclista planteada por el Ayuntamiento de Madrid en su estrategia del Plan del Bosque Metropolitano en desarrollo de Los Ahijones perfila que se garantizará la conectividad sobre dos ruedas por el barrio a través de carriles, ciclocarriles y sendas ciclistas.
Su planificación tiene dos características muy pronunciadas. Por un lado, propone dos vías, con sentido noroeste-sureste y noreste-suroeste, respectivamente, para canalizar el tráfico de bicicletas entre los principales polos de atracción del barrio. A su vez, esta ‘X’ ciclista conectaría el ámbito con las infraestructuras homólogas de El Cañaveral, Los Berrocales, Rivas Vaciamadrid y el polígono industrial de Vicálvaro.
Esas vías colectoras discurrirían por la Gran Vía del Sureste y el corredor peatonal del barrio. La primera contaría con infraestructuras ciclistas segregadas, al igual que se propone la continuación de la calle de la Pirotecnia y la calle que conectará la M-823 (que debería ser remodelada y naturalizada) con el término municipal de Rivas Vaciamadrid.
Ecoducto
Por su parte, el corredor peatonal de Los Ahijones también contaría con una vía ciclista noroeste-sureste que, cruzando las dos grandes plazas y la Cañada Real Galiana, alcanzaría a través de un ‘ecoducto’ la glorieta de la avenida de las Víctimas del Terrorismo de Rivas.
El segundo planteamiento clave es que la mayor parte de la infraestructura ciclista estuviera concentrada en todo el colchón de espacios naturales y naturalizados que van a servir de frontera entre este nuevo ámbito y Rivas Vaciamadrid. Sobre el sillín, podría contemplarse un bosque mixto, un parque urbano y un bosque de frontera sin desbroce.
Así, la avenida forestal contaría con una composición híbrida de vías ciclables independientes y compartidas con peatones. De ella, manarían varias vías que conectarán con los ciclocarriles previstos en la futura ordenación de la Cañada Real Galiana y con el barrio Oeste ripense.
La colada de Estevillas
La joya escondida de la red ciclista de Ahijones parece ser un recorrido ciclista segregado junto al arroyo de los Ahijones desde la M-203, siguiendo el curso de la antigua colada pecuaria de Estevillas. En ese espacio, se podrá comprobar la renaturalización del curso de agua y la mejora vegetal del espacio con la creación de un bosque de transición, que pretende servir de colchón acústico frente a la carretera.
En febrero de 2021, la asociación Pedalibre, realizó un estudio sobre la red ciclista del ámbito, incidiendo en que «es de los pocos barrios de Madrid que se han planificado con una infraestructura ciclista que sirva mínimamente para desplazarse por ella».
No obstante, señalaban problemas en la infraestructura dentro y fuera de la trama urbana. Entre ellos, señalaban la escasez de carriles segregados, la coexistencia de bicicletas y automóviles en calzada, la ausencia de soluciones para garantizar la seguridad ciclista en rotondas y cruces, y sus problemas para conectarse con las redes ciclistas del resto de la ciudad.
0 comentarios