El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha hallado tres yacimientos arqueológicos (dos prehistóricos y uno de la Guerra Civil) en las terrazas del río Manzanares, dentro de los trabajos de conexión de la LAV Madrid-Levante y la LAV Madrid-Barcelona. Asimismo, en los llanos del Manzanares, bajo los cerros, se está excavando parte del poblado carpetano de La Gavia, donde se han localizado un templo, un edificio agropecuario, un lagar y un ‘calcatorium’ para almacenar mosto.
La intervención arqueológica ha sido llevada a cabo por la empresa Arqueoestudio para la UTE Conexión Levante (Lantania, Copcisa y Copisa), contratista de la obra, bajo supervisión de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. La investigación comenzó en agosto de 2022 con una fase de sondeos valorativos, tras la que se realizó una excavación de los yacimientos hallados en el trazado.
Según informaron fuentes del Adif a Nuevo Sureste, dos de los descubrimientos corresponden con ocupaciones prehistóricas. Concretamente, fosas excavadas en el terreno que servían como silos para almacenar cereales y frutos, así como fondos de cabaña, agujeros para postes, hornos y hogares (identificados por la superficie refractada a causa de la acción del fuego). En estos espacios se encontraron restos cerámicos (ollas, cuencos…), óseos y líticos (puntas de flecha y cuchillos de sílex, y hachas pulimentadas de fibrolita). Los estudios iniciales inciden en que dichos asentamientos podían pertenecer a distintos períodos de asentamiento durante el Calcolítico (tercer milenio a.C.).
El tercer yacimiento se ubica sobre los cortados yesíferos, donde se hallaron estructuras relacionadas con la Guerra Civil. Concretamente, trincheras, galerías y refugios excavados en yeso que formaban parte del dispositivo de defensa republicano en el sector Sur de Madrid.
Un altar de adobe
Actualmente, los trabajos arqueológicos están centrados en la vega del río Manzanares, bajo los cerros de La Gavia y San Antonio, donde se está trabaja en un tramo del Real Canal del Manzanares. Pero, sobre todo, en la excavación de parte del poblado carpetano de La Gavia, que tuvo una ocupación ininterrumpida hasta época medieval. En las investigaciones de este espacio carpetano, se conocía hasta ahora la existencia de un poblado amurallado en la parte superior del cerro que estuvo ocupado entre los siglos IV y I a.C. La muralla contaba con un foso que se rellenó en época romana, donde se hallaron restos materiales (cerámica, huesos animales y restos metálicos), momento en que también fue transformada en parte de varios edificios domésticos adosados a la misma.
Dentro del perímetro investigado, una amplia superficie acogía la trama urbana del poblado con varios edificios de piedra y adobe, de los que se conservan suelos de tierra y grava. En ellos, se hallaron restos de recipientes cerámicos, huesos de animales, fusayolas para hilado y hogares para cocinar. Entre los edificios excavados, se halló una habitación que pudo ser un templo, pues contaba en su interior con un altar de adobe de rasgos orientalizantes, similar a los encontrados en yacimientos fenicios del sur peninsular. Antes del abandono de este inmueble, se colocaron más de 30 recipientes cerámicos de distintos tamaños y usos y se selló el ámbito con adobe quemado, sobre el que se construyó un nuevo edificio.
En el recinto investigado, hay una zona de época de la segunda etapa de la Edad del Hierro en la que se encontraron restos de época romana. La ocupación latina se encontraba al sur de la mencionada. En un primer momento, se excavaron los restos de un edificio relacionado con una explotación agropecuaria de época altoimperial (siglos II-III d.C.), con muros de mampostería de piedra caliza y yeso, con dos habitaciones en el lado sureste y un amplio patio. Destaca en esta zona el hallazgo de cerámica de terra sigillata y producciones de cerámica común.
Bajo el inmueble se encontraron los restos de un camino, delimitado por muros en sus laterales y relleno con tongadas de arena y yeso picado, que parece que se dirigía al cerro de La Gavia, también de época romana (posiblemente, del siglo I d.C.). Junto a este edificio, se trabaja actualmente en un complejo de mayor dimensión que parecía contar con un lagar o bodega para la producción de vino datado en el siglo II-III d.C. También, se ha descubierto en muy buen estado de conservación un ‘calcatorium’ o piscina para el pisado de la uva, que conecta con el ‘lacus’ o depósito para almacenar mosto. Su peculiaridad es que son de los más grandes localizados en España.
Contactos lejanos
Los primeros hallazgos en el cerro de La Gavia se produjeron en 1919 por parte de los famosos profesores del Instituto de Paleontología Humana de París Hugo Obermaier y Paul Wernert, y el profesor José Pérez de Barradas, en su etapa como arqueólogo en Madrid, antes de su traslado a Colombia. La construcción de una depuradora en los años 80 dejó al descubierto un conjunto cerámico que fue interpretado como una posible necrópolis del poblado. Con motivo de las obras de construcción del AVE Madrid-Barcelona y de la plataforma para el incremento de capacidad de las líneas de alta velocidad entre Atocha y Torrejón de Velasco, se realizó una excavación de los restos arqueológicos del poblado en la cima del cerro (‘La Gavia I’).
El estudio mostró un poblado de 0,4 hectáreas que estuvo ocupado en el Paleolítico, la segunda Edad del Hierro, la tardoantigüedad y la Guerra Civil. El período de la Edad del Hierro fue el más intensivo, con tres fases constructivas y de habitamiento de la zona diferenciadas que se extendieron del siglo IV a.C. al siglo I d.C., durante la romanización. Cultivaban cereales, criaban cabras y ovejas, y cazaban ciervos y conejos. La cerámica muestra contactos comerciales con zonas lejanas como la antigua Grecia, Cartago, Roma y con otros centros celtibéricos.
En 2015, los arqueólogos Jorge Morín y Dionisio Urbina presentaron la memoria de investigación arqueológica del yacimiento ‘La Gavia III’. Se trataba de un espacio en la terraza del Manzanares a los pies del cerro donde se dataron evidencias de asentamientos como una construcción de ladrillos moderna, varias estructuras negativas de época altomedieval e islámica, y cubetas de época moderna para extraer material de construcción y que sirvieron de basurero. También, fragmentos cerámicos y metálicos que prueban un asentamiento tardorromano y altomedieval.
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