La Junta de Compensación de Los Berrocales y la Archidiócesis de Madrid han suscrito un convenio por el que se realizará una acción urbanística para integrar la ermita de la Virgen de la Torre y su parcela circundante en la ordenación del nuevo barrio.
Al acto de firma acudieron el presidente de la Junta de Compensación, Pablo Santos, el gerente de la entidad, Luis Cesteros, el párroco de la parroquia de San Pedro Ad Víncula (de la que es dependiente la ermita), Alfredo Perea, y el director del Departamento de Patrimonio y Obras de la Archidiócesis de Madrid, Roberto Herrero. Estuvieron acompañados por los concejales presidentes de Villa de Vallecas y Vicálvaro, Carlos González y Ángel Ramos.
Santos avanzó la voluntad de la Junta de Compensación de contribuir a la protección e integración del templo dentro de la ordenación de Los Berrocales para que queden integrados en la ordenación del barrio y en el Bosque Metropolitano de Madrid. Cesteros añadió que “la ermita de la Virgen de la Torre, patrona de la Villa de Vallecas, y ubicada en el distrito de
Vicálvaro, es muy popular y querida por todos los vecinos de Vallecas, por eso debe ser un espacio relevante en nuestro barrio de Los Berrocales, para que siga siendo un lugar de reunión de los fieles, familias y vecinos, como lo lleva siendo al menos desde el siglo XV«.
Centro de interpretación
En la memoria de la reparcelación del proyecto, la ermita figura en la etapa II de urbanización del sector, con 1.265 metros cuadrados de superficie y 409 metros cuadrados de aprovechamientos. Según el ordenamiento de Los Berrocales, en el ámbito de la ermita está previsto embocar el arroyo de La Marañosa con el arroyo del Henar (mal llamado, en este punto, de Los Migueles).
Junto al templo, además, el plan municipal pasa por acondicionar este espacio como un centro de interpretación de la ermita y de la necrópolis visigoda que se halló en la zona, una de las más grandes del mundo. Asimismo, se pretende preservar el arbolado singular existente, muy valorado por los fieles porque bajo sus sombra celebran días de pradera en primavera y verano. La planificación de la Junta de Compensación de Los Berrocales aprobada por el Ayuntamiento indica que las parcelas limítrofes al templo son todas comerciales, con especial atención al centro comercial al este del mismo.
La ermita de la Virgen de la Torre es un templo datado en el siglo XIII (probablemente, hubo una mezquita y otro templo anterior, habida cuenta de los hallazgos arqueológicos en el ámbito), alrededor del que se arremolinaba la aldea de Torrepedrosa. Es una construcción religiosa de construcción castellana (zócalo de piedra, ladrillos con caja de calicanto y tejado cerámico, con fachada pétrea) de reminiscencias tardoantiguas, pues allí se encontraron restos romanos y una enorme necrópolis visigoda en los trabajos arqueológicos de construcción del nuevo desarrollo.
Cercano al cerro Almodóvar, los fieles consideran que, al tratarse de suelo privado eclesiástico y acoger a la patrona, es un exclave vallecano en territorio vicalvareño (Los Berrocales). Excede las dimensiones del concepto ermita y tiene numerosas construcciones añadidas alrededor, datadas algunas del siglo XVIII. La construcción más destacada es el pozo en el que se abastecía el pueblo medieval. La hermandad de labradores que precedió a la Asociación de Fieles de Nuestra Señora Virgen de la Torre compró el suelo, acondicionó sus alrededores con una arboleda y una verja para delimitar el templo.
José Luis Barbón, vocal y decano de la Asociación de Fieles, explicó a Nuevo Sureste en el mes de mayo la importancia de esta Virgen para la identidad vallecana. «En el siglo XVII, unos labradores encontraron en el sitio de Torrepedrosa, para entonces, abandonado, una imagen mariana. Vallecanos y vicalvareños se la disputaron y acordaron hacer una hoguera para decidir con ella la propiedad de la escultura. La Virgen iría con aquellos hacia los que no fuera el humo. Y este fue hacia Vicálvaro, por eso, tienen el mote popular de los ‘ahumaos’». De esa manera, esta Virgen de los labradores, muy milagrera, se instituyó como «la patrona titular de los vallecanos», desplazando a Nuestra Señora del Rosario, añadió el padre Perea.
Tal y como desgranó este periódico, el segundo domingo de mayo, la efigie peregrina desde la parroquia de San Pedro Ad Víncula, en el corazón de la Villa de Vallecas, hasta la ermita, donde descansa en verano hasta el mes de septiembre, cuando vuelve a su pueblo y, con ese motivo, se celebran las fiestas vallecanas.
0 comentarios