La Comisión Gestora de la Nueva Centralidad del Este ha presentado ante el Ayuntamiento de Madrid un proyecto que trata de generar un barrio a escala humana, con total autonomía. Basado en sus zonas verdes y estanciales, contará con todas las dotaciones, las últimas tecnologías constructivas y un campus tecnológico que pretende convertirlo en una referencia en el eje de la innovación de la Comunidad de Madrid.
La Nueva Centralidad del Este es una matrioska urbana. Un centro incluye otro centro. Un barrio incluye otro barrio. Un parque incluye otro parque. Una vocación incluye otra vocación. Todos incardinados. Porque es un sector que aspira a ser el principal eje de la ‘diagonal de la innovación’ del este de la región, pero también un barrio con el tamaño de un distrito que, a su vez, tiene cuatro pequeños espacios residenciales con sus propias plazas, sus propios equipamientos y su propia actividad económica para que todo funcione de manera autónoma y prevista desde un inicio. También, allí el Bosque Metropolitano estructurará su territorio para que cada una de sus tres partes cuente con el ámbito natural que necesita.
Javier Munárriz, director técnico de la Comisión Gestora de la Nueva Centralidad del Este, y Carmen Rivilla, redactora del planeamiento urbanístico del proyecto, ambos del estudio Marco 14 Arquitectura, presentaron en la Jornada ‘SuresteLAB‘, organizada por Nuevo Sureste en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) el proyecto, que definieron como una forma de llenar «un vacío urbano único en Europa» porque es «un sector que aglutina 5,5 kilómetros cuadrados de terreno entre San Blas-Canillejas, Vicálvaro y Coslada, al lado de la M-40, a seis kilómetros del aeropuerto Adolfo Suárez- Madrid Barajas. Dos líneas de Metro surcarán su territorio, junto a líneas de bus de tránsito rápido y autobuses«, comenta Munárriz.
En el mes de febrero, el ámbito comenzó su camino burocrático para desarrollarse como una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. El delegado de Urbanismo de Madrid, Borja Carabante, anunció el mismo día en que se celebró esta ponencia en ‘SuresteLAB‘ que el Consistorio prevé presentar en los próximos dos o tres meses los primeros trámites administrativos del sector a la Comunidad de Madrid, comenzando por la evaluación de impacto ambiental. Cuando concluya esta tramitación, se aprobará un plan parcial con ordenación pormenorizada.

Estudio hidrogeológico
Este territorio «es un lienzo en blanco» para promotores y urbanistas. A nivel ambiental, el agua y su ciclo son elementos clave. El futuro barrio cuenta con cuatro arroyos que atraviesan el sector (Rejas, San Cristóbal, La Pelada y Ambroz) que están en malas condiciones y no tienen apenas continuidad hacia Coslada. De tal manera, el plan es mantenerla en el sector mediante una red de saneamiento separativa. «Hemos puesto en marcha un estudio hidrogeológico con un modelo matemático para saber qué va a suceder con el agua. El ciclo del agua estará muy estudiado para que sea una oportunidad y no un problema del desarrollo», prosigue Munárriz.

En ese sentido, la Comisión Gestora pretende aprovechar que la actividad minera de la empresa Tolsa ha creado unas grandes lagunas al sur, donde se hallaba antiguamente la aldea de Ambroz, contempladas en el proyecto del Bosque Metropolitano. «Dan una oportunidad única para hacer una integración paisajística de la biodiversidad de la zona. La laguna se va a ampliar respecto a la actual, de 50.000 metros cuadrados, a 80.000, con un millón de metros cúbicos de agua«, agrega el director técnico.

Y del agua, al fuego. El proyecto apuesta por la sostenibilidad a nivel edificatorio y de urbanización. Se tratará de optar a la excelencia constructiva mediante la certificación BREEAM para minimizar y optimizar la energía utilizada. La Comisión trabaja para implementar unas redes de calor y frío en todo el barrio. «En una zona, está previsto el desarrollo de un centro de datos que puede generar calor suficiente para todo el sector«, sentencia. Un barrio con suelo radiante.

Marco verde
Todo ello estará articulado por el proyecto Bosque Metropolitano, que servirá de marco verde (de dos millones de metros cuadrados de amplitud) para el cuadro urbano que se plantea en su interior. Además de un perímetro verde con ecoconectores con Coslada, El Cañaveral y el estadio Metropolitano; y de la recuperación de las lagunas de Ambroz, se creará un gran eje de coordenadas verdes, con una avenida forestal norte-sur estructurante de 140 metros de ancho (la prescrición inicial era mucho mayor, pero los redactores del proyecto no quieren que suponga una barrera urbana), en la que los equipamientos de la red general (centros de salud, institutos, polideportivos, huertos urbanos…) se mezclarán con el bosque; y otro eje este-oeste. Las zonas verdes alcanzarán al norte el campus tecnológico del ámbito, ramificándose para crear un espacio parecido a un espacio universitario, más que un polígono industrial.

La Nueva Centralidad del Este albergará entre 18.000 y 20.000 viviendas, de las que la mitad contarán con algún tipo de protección. Se desarrollará en cuatro etapas sucesivas de urbanización más una quinta comodín, que podrá desarrollarse en cualquier momento. Utilizará un 70 por ciento de su suelo urbanizado para uso residencial y un 30 por ciento de suelo para actividad económica terciaria (no dispondrá de industria).

«Desde el inicio, una de las cosas que pensamos es que esta nueva ciudad, que son 60.000 personas, no podía concebirse de manera global. De la misma forma que en ciudades intermedias hay distintos barrios y zonas, y densidades, nuestra ciudad debía permitir que en cada una el ciudadano debía vivir plenamente. Para eso, buscamos una ciudad mixta en la que cada una de las zonas permita a nivel familiar una experiencia completa. La Centralidad la dividimos en cuatro barrios residenciales y el gran campus tecnológico de la zona norte», comenta Rivilla.
Diseño generoso
Aunque aún no está aprobada la ordenación pormenorizada, la intención es que todos estén conectados por ejes peatonales y ciclistas con dotaciones y terciario comercial y de oficinas, cuyos vértices sean plazas de centralidad. Lo dicho, un barrio dentro de otro barrio. «La trama estará jerarquizada con una zona para ejes viarios y otra para peatonales, de forma segregada. Pensamos que la peatonalización realizada en la ciudad ya hecha ha generado problemas de acceso a viviendas, a comercio y oficinas. Si está pensado de antes, es todo más sencillo», continúa Rivilla.
Cada fase dispondrá de todos los equipamientos para ser autónoma (el diseño es bastante generoso porque dedica 5 metros cuadrados por vivienda tanto en la red local como en la general). Alrededor de cada una de esas plazas citadas, se arremolinarán para ello las dotaciones de carácter local (colegios, escuelas infantiles, centros de mayores, etcétera).

Hecho diferencial
Finalmente, se ha reservado un espacio para una dotación de trascendencia municipal y autonómica. «La Centralidad se llama así porque no queríamos que fuera un barrio sin más, sino que tiene vocación de ser un motor de la zona este de Madrid. Cuando nos planteábamos qué haríamos y qué necesitaba Madrid, una de las cosas que se vio, la ciudad quiere apostar por algo diferente. El suelo de oficinas ya no funciona muy bien y la implantación del teletrabajo han hecho que parezca que no tiene sentido seguir en esa línea. Sin embargo, faltaban en la capital zonas con la suficiente entidad para que empresas e instituciones de primer nivel pudieran volcarse en Madrid. Hablando con gente del ámbito, vimos que este tipo de empresas buscan una implantación que sea como un escaparate de su empresa y una conexión con otras empresas, universidades y laboratorios. Eso nos llevó a la idea de campus«, expone Rivilla.

Se trata de un campus tecnológico en el corazón de la llamada ‘espiral de la innovación’. Un espacio vinculado con el bosque en el que se circunscribirán edificios de usos mixtos de baja densidad urbanística con un máximo de tres alturas y espacios diáfanos y de almacenamiento. Un auténtico espacio de atracción para grandes instituciones y empresas internacionales. «Yo me imagino a Microsoft o a Harvard en Madrid. La posibilidad de tener un centro tecnológico desde el inicio al lado del aeropuerto puede ser un hecho diferencial«, concluye Rivilla.
La jornada ‘SuresteLAB: innovación y vanguardia para el futuro Madrid’ fue organizada por el diario Nuevo Sureste y patrocinada por Comunidad de Madrid, Valdecarros, Los Cerros, Nueva Centralidad del Este, Premier España y Aurora Homes.