Paloma García Romero es la delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid. Explicó a Nuevo Sureste los planes de su cartera para los desarrollos del sureste, que pasan por nuevos centros municipales, acondicionamiento de vías, e implementación de infraestructuras de servicios.
El Área de Obras está teniendo un papel estratégico en esta fase de evolución de los desarrollos del sureste de Madrid.
Ahora mismo, estamos desplegando buena parte de la actividad municipal en la zona. La que se ve y la que no se ve, en el sentido subterráneo. La fuerza que han tomado los proyectos de urbanización ha sido importantísima desde que entramos hace ya seis años, desde que Almeida es alcalde. Lo primero que se hizo fue desbloquear los propios desarrollos. A partir de entonces, empezamos a trabajar tanto desde el área de Urbanismo como desde el de Obras a través de los proyectos de urbanización y ya van muy avanzados. Hemos dado la simultaneidad a Los Berrocales y a Los Ahijones, y los demás están en ese camino. Los Cerros está trabajando su situación arqueológica pero, en cuanto se solucione, estaremos encantados de avanzar con ellos. Y con Valdecarros estamos trabajando para crear la carretera de acceso que para ellos es fundamental para hacer los proyectos de urbanización.

Las obras se han de planificar con mucha antelación ¿Qué calendario han manejado en la anterior legislatura y manejan en esta en la zona?
En primer lugar, hay que poner en valor el avance importantísimo que ha realizado el Ayuntamiento en el Ensanche de Vallecas, donde hemos terminado ocho equipamientos y estamos realizando otros tres de la importancia de la Casa de Familia o el centro cultural. Es una barbaridad. En La Atalayuela, la factoría industrial y la central de Bomberos. En El Cañaveral, estamos inmersos en el nuevo centro cultural, que va a tener biblioteca y auditorio y que va a costar 13 millones de euros.

¿Y el polideportivo del barrio?
Estamos dando una vuelta a los polideportivos porque los pliegos de condiciones que sacamos en pandemia se han quedado desfasados. Primero, porque subió mucho el precio de los materiales. Luego, porque han subido mucho los impuestos a las empresas. El plan que teníamos de que fueran a 25 años con una tasa interna de retorno del siete y medio por ciento ya no vale. Al privado, en los acuerdos de colaboración público-privada, determinadas condiciones no siempre le son rentables porque le requieren muchísima inversión para cumplir con las altísimas calidades que exigimos para los polideportivos. Entonces, hemos solicitado a las áreas de Deportes y Hacienda que determinen cuál es el plan de instalaciones deportivas que estiman conveniente y en qué condiciones. Y cuando dispongamos de él, iremos sacando nuevos equipamientos por colaboración público-privada. Mientras tanto, el Ayuntamiento está invirtiendo en obras y reformas y se crean instalaciones básicas, como es el caso de El Cañaveral. No obstante, no nos olvidamos del polideportivo del barrio.
Los urbanistas hablan de la necesidad de densificar la ciudad de nueva construcción desde el punto de vista de la vivienda para optimizar los servicios. Como responsable de la construcción de equipamientos, ¿aboga por la densificación de estos inmuebles municipales, en modo de contenedores de servicios en altura, como ya se hace en los distritos consolidados?
Yo fui concejala de Tetuán muchos años. El centro Eduardo Úrculo tiene biblioteca, centro cultural y un auditorio de 300 butacas en una misma parcela. Y funciona como un tiro, que se usa, especialmente, por los jóvenes. Lo que quiero decir es que es necesario. Hay que dar servicio al ciudadano y hay que dar los mayores servicios y, si podemos, dárselo económicamente en un solo paquete, pues genial porque estás dando el mejor servicio a menor coste y lo antes posible.

El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 fue muy generoso con los suelos públicos. Si se apuesta por este tipo de equipamientos, sobra mucho espacio público y, quizás, la administración no tiene recursos para dotarlo todo.
Quedan muchos años de desarrollo de estos barrios y no sabes cuáles van a ser las necesidades urbanas dentro de 15 años. A lo mejor El Cañaveral necesita en 10 años otro centro cultural. La ciudad te va pidiendo nuevos servicios y necesitas parcelas. Hicimos un plan de equipamientos en 2019, ‘Capital 21‘, que acaba en 2027, que establecía 96 para toda la ciudad. Hemos terminado 73 y 21 los tenemos ya en obras. Y sumamos cada día más. Cuando termine, habrá que hacer otro plan de equipamientos, igual o más ambicioso que el actual, y se verá cuáles son los necesarios. Los desarrollos del Sureste, por supuesto, serán de los más beneficiados, al igual que el Ensanche de Vallecas lo ha sido en el primero.

La administración se basa en coeficientes, sobre todo, de población, para construir equipamientos. Los vecinos critican que no tienen las instalaciones públicas cuando se mudan a vivir a sus nuevos barrios ¿No se puede acompasar, a la hora de planificar, la creación de equipamientos con la llegada de la población?
Insisto en que tenemos un planeamiento y un plan de equipamientos que es la base que cumplimos. Pueden surgir nuevas necesidades que se tratan de atender, pero no se puede negar que estamos siendo muy ambiciosos. Repito, 96 equipamientos en ocho años para una ciudad como Madrid. Eso requiere destinar muchísimo presupuesto a esta tarea. Probablemente, no podamos llegar a la velocidad de construcción que nos gustaría, que es que antes de que llegue el vecino ya disponga del centro cultural, pero intentamos, desde luego, tardar lo mínimo posible. A eso hay que sumar las reformas de los ya existentes, que algunos tienen muchos años y requieren mejoras. Por ejemplo, acabamos de reformar la piscina Moscardó, en Usera, que se construyó en 1958, la segunda más antigua de la ciudad. Y también las reformas en el espacio público, el acondicionamiento de calles y plazas, la accesibilidad, la ‘operación asfalto‘… Por ejemplo, en este aspecto, en Villa de Vallecas hemos hecho una inversión muy importante.

Se ha referido al trabajo que realiza el Consistorio en el acondicionamiento del espacio público. El paradigma entre la ciudad consolidada y estos nuevos desarrollos cambia un poco ¿Cuáles son las líneas maestras?
La sostenibilidad, la calidad y la accesibilidad. Buscamos la mejor calidad de vida de las personas en sus barrios en sus aceras, sus carriles bici, sus plazas y sus zonas verdes. En definitiva, una zona mejor para vivir. Somos conscientes de todas las metas que tenemos que alcanzar. Eso se hace realidad con intervenciones como la instalación de elementos como drenajes sostenibles, nuevas mezclas semicalientes para el asfalto que contaminan menos, aceras rebajadas, pasos de peatones adaptados… Son operaciones de cirugía urbana con las que es maravilloso trabajar porque es algo que se ve poco pero que es fundamental. Pero tenemos que tener en cuenta que estamos promoviendo que se haga esto en un espacio en el que van a vivir más de 300.000 personas, más de tres veces la provincia de Soria. Es un volumen enorme.

Destaca el diseño de la Gran Vía del Sureste en el Ensanche de Vallecas ¿Qué van a hacer?
Nuestra voluntad es desarrollar este proyecto con su bulevar de transporte en este mandato, si disponemos de la capacidad económica para hacerlo. Va a marcar la pauta para el resto de esta gran avenida que va a cruzar todos los desarrollos del sureste. Estamos en contacto con el Área de Urbanismo, Movilidad y Medio Ambiente, que se encargará del resto del proyecto, para hacerlo y nuestro interés es empezar nosotros con la parte que está en el Ensanche.
Al principio de nuestra conversación, me ha hablado de la carretera de entrada a Valdecarros ¿Qué previsiones tienen?
La carretera de Valdecarros es la puerta de entrada a ese barrio. Estamos haciendo la primera fase del proyecto, que supone una inversión de unos cinco millones y el total serán unos 16. Calculamos que acabaremos todo el proyecto a principios de 2027. Es una inversión muy fuerte que no se ve, no se aprecia, no se dice lo bonito que ha quedado, pero es fundamental.

Otros trabajos que se ven aún menos son los que quedan bajo tierra. Los desarrollos del sureste están aplicando las infraestructuras e instalaciones más avanzadas en materia de servicios.
El trabajo que se está haciendo es tremendo en infraestructuras de luz, agua, etcétera. Todo se está canalizando a través de galerías de servicio que van a facilitar que cualquier avería se arregle de manera más económica, rápida y sin afecciones en superficie. Está sirviendo de referencia para el resto de desarrollos de la ciudad, como, en su momento, lo fueron Sanchinarro y Montecarmelo. No sólo eso. Somos una ciudad que ya no tenemos que tener envidia de ninguna ciudad europea, que antes parecía que teníamos que ir a buscar fuera lo que teníamos que hacer en Madrid. Ahora vienen a ver qué estamos haciendo.
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