El Mapa Estratégico del Ruido de la Ciudad de Madrid muestra cómo las grandes vías de tráfico rodado y las vías del AVE generan altos niveles de contaminación acústica en los desarrollos del sureste. Los urbanistas que construyen estos sectores han diseñado fórmulas para minimizar este impacto.
La Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, de 25 de febrero de 2011, establece siete áreas acústicas con sus usos predominantes. El tipo I o área de silencio está dedicado a espacios sanitarios, docentes o culturales que requieran una especial protección contra la contaminación acústica. En ellos, no se permiten más de 50 decibelios por el día y 40 por la noche de media. El segundo tipo es el residencial (incluye también centros religiosos y zonas verdes dotacionales), levemente ruidoso, en el que los umbrales se fijan en 55 y 45 decibelios, respectivamente.
El tercer tipo de área de ruido o ‘tolerablemente ruidosa’ es el terciario no recreativo (hoteles, oficinas, comercios, edificios administrativos, equipamientos deportivos y servicios públicos), con niveles de 60 y 50 decibelios. El cuarto o ‘área ruidosa’, se refiere al terciario con predominio de usos de suelo recreativo o espectáculos, donde se pueden alcanzar 63 y 53 decibelios.
El tipo V está dedicado a las áreas ‘especialmente ruidosas’. En este conjunto, se incluyen las actividades industriales con 65 y 55 decibelios de día y de noche, respectivamente. Además, existen los tipos VI (infraestructuras de transportes y equipamientos públicos -carreteras, ferrocarriles y aeropuertos-) y VII (espacios naturales que requieran una protección especial contra la contaminación acústica).

Inmisión de ruido
Los límites máximos de inmisión de ruido que establece la ordenanza para las infraestructuras ferroviarias y aeroportuarias oscilan entre los 80 decibelios en las áreas de tipo I y los 90 en el tipo V. Y de cinco decibelios más de lo estipulado en cada área de media.
Según la cartografía del Mapa Estratégico del Ruido, la A-3 (aunque se están comenzando a instalar pantallas acústicas en toda la franja vallecana), la M-31, la M-40, la M-45, la R-3 y la M-50 son las responsables de la mayor afección en el sureste de la capital. A través de su trazado, junto a El Cañaveral, Los Cerros, Los Ahijones y Los Berrocales tienen un nivel sostenido de ruido que supera durante el día los 70 decibelios, con su pico por la tarde, en que se encuentra a más de 75. Por la noche, se encuentra entre 65 y 70 decibelios.
La expansión de dicho ruido hace que haya niveles por encima de lo aceptable 700 metros de la carretera, hacia el interior de los barrios. A esta exposición, hay que añadir la acción de las vías de ferrocarril del AVE (la infraestructura de transportes, con permiso del aeropuerto, más ruidosa de la ciudad) en Los Cerros, Los Ahijones, Los Berrocales y Valdecarros. Allí, se generan ruidos diurnos de entre 50 y 70 decibelios (por la noche, no hay actividad).

Taludes de tierra
Es por eso que el diseño de los nuevos desarrollos del sureste ha establecido medidas para paliar este impacto. En primer lugar, la propia ordenación de usos contempla un doble cinturón de protección ante el ruido en casi todos los sectores. Un primer encintado está realizado mediante la colocación de zonas verdes perimetrales frente a las carreteras. Cabe destacar que la mayor masa vegetal de protección se instala junto a las vías ferroviarias, como protección acústica ante el paso del AVE.
El segundo encintado consiste en la colocación de parcelas industriales y de equipamientos para que hagan de pantalla acústica, habida cuenta que pueden soportar más niveles de ruido. Existen algunas parcelas en Valdecarros y Los Cerros, destinadas a vivienda de inserción que se encuentran más cercanas a estos viarios. No obstante, los urbanistas se ocuparon en el diseño de establecer amplias zonas verdes para minimizar el impacto del ruido.
En segundo término, además de la ordenación parcelaria, se ha previsto la creación de motas y taludes de tierra de varios metros de altura en los límites de los sectores para terminar de bloquear el acceso del ruido a las casas.
Los lugares más problemáticos de todo el planeamiento de la estrategia del sureste en este sentido son las vías de la línea 9b de Metro, entre Los Ahijones y Los Berrocales, y el paso de la M-31 por Valdecarros.

La Virgen de la Torre
Frente a las vías del TFM, los dos sectores afectados han creado dorsales de equipamientos. Así, Los Ahijones tiene un frente industrial en su frontera suroeste. El resto está surcado de equipamientos, un supermercado y zonas verdes, destacando la recuperación del arroyo de Los Ahijones. Por su parte, Los Berrocales tiene un frente norte con industria, un centro comercial y todo un frente arbóreo que recupera el arroyo del Henar y la colada de Peñuelas, junto al arroyo de La Marañosa.
En este ámbito, queda por ver la fórmula urbanística que se realizará para minimizar esta afección en dos parcelas. Por un lado, el terreno RSM-VP-3 de Los Ahijones, calificado de uso supramunicipal para vivienda de inserción. Por tanto, será la Comunidad de Madrid la que determine el ordenamiento para reducir la afección acústica.
Por otro, todo el entorno de la ermita de la Virgen de la Torre, en Los Berrocales, a ras de vía férrea. El Arzobispado y la Junta de Compensación, con la aquiescencia del Ayuntamiento, han suscrito un acuerdo para realizar una actuación urbanística en las inmediaciones. A la espera de conocer el proyecto, este espacio, que pretende ser el más singular del ámbito, deberá abordar la protección acústica correspondiente para un centro de culto.

‘Muralla’ dotacional
En el caso de la M-31, los urbanistas de la Junta de Compensación de Valdecarros han dispuesto una auténtica ‘muralla’ de parcelas dotacionales para que la actividad en la carretera no afecte a las viviendas.
La afección acústica menos controlable será la de los aviones, que cuentan con servidumbres en la zona. Especialmente, en los futuros barrios del distrito de Vicálvaro. Sin embargo, si bien su paso por encima de estos desarrollos es legalmente posible (y condiciona la altura de los edificios), no debería ser frecuente, ya que sus rutas de paso quedan sustancialmente más al este de esta zona, sobre Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio.
0 comentarios