El estudio de arquitectos Marco 14, antiguo CA14, lleva 30 años trabajando en los desarrollos urbanísticos del sureste y el este de Madrid. Al ser los decanos en el diseño de la zona, han dejado su impronta de una u otra manera en todos sus proyectos. Nuevo Sureste entrevista a uno de sus socios fundadores, Javier Munárriz, para conocer cuál ha sido la evolución arquitectónica de estos nuevos barrios.
La relación del estudio con la estrategia del sureste comenzó en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1985, entre 1994 y 1995, cuando se cocinó en la Oficina del Plan a tal efecto impulsada por el Ayuntamiento de la capital el planeamiento vigente, aprobado en 1997. «En ese momento, la idea era colmatar Madrid hasta sus bordes para evitar el problema del 85, que no sacó suficiente suelo para que la demanda de la ciudad fuese satisfecha«, explica Munárriz.
En ese aspecto, el estudio colaboró planteando ordenaciones y fragmentaciones de zonas. «Por ejemplo, inicialmente, se estudió que El Cañaveral y Los Cerros fuesen un solo sector, pero después se partió porque estaba la Cañada Real por medio y era demasiado grande para tener un sentido. Nosotros propusimos que estos sectores llevasen esos nombres, en función de sus topónimos«, continúa.
Bloques diversos
Cuando ya estaba sectorizada y calendarizada la estrategia (fue una sorpresa que la Nueva Centralidad del Este, más cercana al entorno urbano y, a priori, su crecimiento natural, quedara como un ámbito no urbanizable), comenzaron a trabajar en la zona. «Los grandes viarios estructurantes, como la Gran Vía del Sureste, los objetivos, los usos, los coeficientes de homogeneización, las edificabilidades, los aprovechamientos y las horquillas estaban muy definidas por el Plan General«, incide. Desarrollaron su actividad en El Cañaveral hasta que la asamblea de socios decidió que el estudio del arquitecto Anselmo Pérez Díez se encargaría definitivamente del plan parcial.
A continuación, se centraron en Los Ahijones, en donde participaron en el plan parcial, el proyecto de urbanización y en el de reparcelación. En este último proceso, desarrollaron una herramienta que optimiza el cálculo de gran cantidad de datos. «En este sector se apostó por una tipología diversa de bloques, frente a El Cañaveral, que promovió el formato abierto, o Los Berrocales, que lo hizo por la cerrada», apostilla.
Manzanas abiertas, cerradas, bloques parque, residenciales torre y bloques abiertos. Formatos que están veteados en la ordenación del ámbito. «El residencial bloque gravita sobre el parque lineal del arroyo de Los Ahijones y la vereda de Estevillas«, comenta. Las torres se arraciman en la Gran Vía Sureste, ante un viario de una sección de cien metros de ancho que supera al Paseo de La Castellana.
Menos proindivisos
En el entorno del parque oeste del barrio se arremolinan la manzana cerrada y la manzana abierta. «La intención en el residencial de manzana abierta junto a este parque es crear una supermanzana con bloques mayor cantidad de vivienda y una calle intermedia«, especifica el urbanista. El bloque abierto se encuentra en el extrarradio del barrio. Esta diversidad tipológica ha facilitado mucho la reparcelación de Los Ahijones porque ha reducido los proindivisos.
Trabajaron en la creación de uno de los mayores centros comerciales de España entre Los Ahijones y Los Berrocales, pero fue descartado por el problema de tráfico que habría generado. El estudio ha participado también en la organización de los equipamientos y de los espacios verdes urbanos y del Bosque Metropolitano, y el diseño del parque lineal de Los Ahijones, que han tenido que rediseñar porque se ha producido un afloramiento de aguas de nivel freático que se quiere renaturalizar. En cuanto a la infraestructura ciclista, se han ideado 60 kilómetros de carril que conectarán los parques y crearán un anillo central de circunvalación.
En Los Berrocales y Valdecarros, el estudio ha trabajado el paisajismo de estos ámbitos, en materia de parques y jardines, la iluminación y el agua regenerada. En este último, también, las telecomunicaciones y las galerías de servicios. En el primero de estos sectores, asesoraron especialmente en el tipo de plantas que se han acondicionado en el ámbito. Se trata de ejemplares con baja necesidad hídrica, no alérgenos, que cuentan con un drenaje profundo a 1,7 metros de profundidad.
Vacío urbano
Además, Munárriz es el director técnico de la Comisión Gestora de la Nueva Centralidad del Este, un ámbito de 5.500.000 metros cuadrados frente al estadio Civitas Metropolitano, que quedó paralizado durante 18 años por las sucesivas candidaturas olímpicas. «Supuso un parón muy fuerte, porque desde el punto de vista urbanístico, si miras un plano de la ciudad de Madrid y ves la posición de la Nueva Centralidad, contemplas un auténtico vacío urbano. Tiene mucho más sentido que se hubiera desarrollado en el primer cuatrienio, mientras que los desarrollos del sureste tenían que haber sido puestos en marcha en el segundo y el tercer cuatrienio, por la lejanía», comenta.
Respecto a la actividad minera del sector, va a requerir unas condiciones especiales de compactación de suelos para desarrollar la urbanización. Las condiciones del suelo supondrán también la construcción de los edificios mediante pilotaje.
No obstante, se contempla un proyecto con torres de hasta 30 alturas en la parte sur del sector que convertirá al Bosque Metropolitano en protagonista, con un gran corredor central. «Será su eje estructurante porque ocupará un 40 por ciento del ámbito, dos millones de metros cuadrados, que integrarán las llamadas lagunas de Ambroz», argumenta el arquitecto.
Clúster de Edificación
El proyecto estuvo a punto de comenzar a rodar en 2015, a falta de rematar el avance del plan de sectorización, a falta del informe de impacto territorial. La paralización de los desarrollos hizo que no fuera hasta los últimos tiempos que se ha vuelto a acelerar el sector urbanístico madrileño. «Tenemos luz verde del Ayuntamiento para avanzar. Sería el proyecto estrella de esta legislatura porque los desarrollos del Sureste y Nuevo Norte son de corporaciones anteriores. Centralidad y Campamento son las grandes oportunidades urbanísticas», asegura Munárriz.
El sector se dividiría en cuatro etapas de residencial equilibradas e independientes entre sí en cuanto a equipamientos. Mezclará también tipologías e incluirá enormes supermanzanas. También, se promoverá la creación de otra etapa para un campus tecnológico, integrado en el Bosque Metropolitano. En principio, contará con una estación o dos estaciones de Metro y con Bus de tránsito rápido. Tal y como avanzó este periódico, la Comisión está participando como proyecto piloto en el Clúster de Digitalización del Proceso Urbanístico y Edificación organizado por Asprima para implementar una herramienta informática que permita reducir trámites y optimizar trabajo.
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